Papás les dejo aqui unos artículos y videos interesantes mediantes los cuales se pueden apoyar. Si quieren algún tema en particular hagánmelo saber y con gusto les anexo información estamos para apoyarnos.
Enlace para leer: Cómo enseñar a nuestros hijos a apreciar los valores
Video: Escuela para Padres "Se han perdido los valores"
ORIENTACIONES PARA ACTUAR
CON NIÑOS VIOLENTOS
Se ofrecen a continuación unas
recomendaciones generales sobre el manejo de la conducta violenta que presentan
algunos niños. Estas guías pueden ser útiles para padres, maestros y otros
adultos que tengan que relacionarse con niños con esta característica.
ESTABLECER LAS REGLAS
Es fundamental establecer las
reglas de conducta de una forma clara, específica y concreta. Si no se
establecen los límites de la conducta y no se define lo que se puede y lo que
no se puede hacer, mal se ha de esperar que el niño se someta a un modelo
determinado de comportamiento.
Hay padres que olvidan que sus
hijos, al igual que ellos y que todo ser humano, nacieron sin noción alguna de
cómo han de comportarse. Por lo tanto, desconocen la diferencia entre lo permisible
y lo inadmisible, entre lo obligatorio y lo optativo, entre lo elogiable y lo
punible. Una parte esencial de la misión de padres y madres es enseñar a los
hijos las normas que rigen el comportamiento. El conocimiento de las "reglas
del juego" les puede permitir a estos desenvolverse adecuadamente en los
ambientes y situaciones por los que tengan que pasar a lo largo de sus vidas.
Los niños con tendencia a
reaccionar violentamente ante las contrariedades necesitan aún más que otros conocer lo que se espera
de ellos y cómo han de comportarse. El primer paso que hay que dar para tratar
de modificar su conducta es establecer tan claramente como sea posible las
reglas de conducta que deben seguir. Y se les deben repetir todas las veces que
sea necesario, especialmente cuando se les reprende por haber transgredido
alguna de ellas.
RESPETO Y CALMA
Cuando nos dirijamos a un niño con
problema de conducta violenta, es necesario hablarle con respeto. Respeto por su condición
de persona y su dignidad humana.¿Cómo se le puede exigir respeto a quien no se está
tratando con respeto? Se le ha de señalar la falta cometida, pero sin ofenderlo o humillarlo. Hablarle
de esta forma no sólo allana el camino para que tome conciencia de la falta que
ha cometido, sino que le provee un modelo de conducta aceptable.
Osea, al rehuir nuestra propia
violencia, le estamos presentando la forma de comportamiento que le resulta extraña y que tanta
dificultad le cuesta adoptar.
Hablar con respeto implica hablar
con calma. Una de las mayores dificultades que tienen una buena cantidad de
adultos para manejar situaciones conflictivas con niños opositores y violentos
es controlar su propio coraje. Por fácil o difícil de lograr que sea esto, es
una realidad que la comunicación requiere de calma y autocontrol. Y la calma
excluye el coraje. Por otra parte, el adulto que se dirige con coraje a un niño
que se ha comportado con agresividad, le está prohibiendo que actúe como él se
está permitiendo la licencia de actuar. Incongruente e ilógico, ¿verdad?
EVITAR CONFRONTACIONES
Es altamente recomendable hacer
todo lo posible por evitar tener confrontaciones con niños violentos. La
confrontación equivale en estos casos a una pelea segura, que es el terreno que
se debe evitar a toda costa. En la pelea se desata el coraje sin límite y se
facilitan la ofensa y el insulto. En la pelea tiene grandes probabilidades de darse
todo lo que nunca debería producirse. Además, quien pelea con estos niños se
está poniendo a su misma altura y está incurriendo en el mismo error que
quisiera erradicar del niño.
RESALTAR LOS LOGROS Y EXITOS
En términos generales y válidos
para todas las personas con que nos relacionemos, es preferible hacer mención
de sus logros, habilidades y cualidades positivas, antes que exponer sus
debilidades y deficiencias. Cuando hacemos esto último, solemos caer muy
fácilmente en la acusación y acusar no conduce nunca a desenlaces positivos ni
ayuda a solucionar los problemas que tenemos entre manos.
Si bien lo anterior se aplica a
todas las relaciones, es un factor importante a tener en cuenta en el caso de
los niños con propensión a la violencia. Estos niños sufren trastornos
emocionales y cognitivos que les dificultan manejar adecuadamente la frustración.
Enfrentarlos a acusaciones no les ayuda a superar estos trastornos y suele
tener el efecto de enconar su resentimiento y provocar sus explosiones
emocionales. Si se les mencionan sus fortalezas y cualidades positivas, se les
está ayudando a revalorizarse como seres humanos.
La utilidad de estas guías
generales, que pueden ampliarse mucho más, no se limita al mundo infantil. Pueden aplicarse
fructuosamente también en nuestras relaciones con los adultos con tendencia a
las reacciones violentas, que, por cierto, no escasean.
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